Un poco de historia...
Gádir (recinto murado) es el asentamiento fenicio más antiguo de occidente.
Fue una ciudad volcada al mar y al comercio, marcada por su estratégica situación militar.
La ciudad alcanza una gran prosperidad en la época romana. Se construyen anfiteatros, acueductos y se convierte en la segunda ciudad más poblada del Imperio durante un breve período. Durante esta época vivían en la ciudad más de quinientos equites (una casta de ciudadanos notables), rivalizando con Padua y la misma Roma.
La importancia que llegarían a alcanzar Cádiz y sus comarcas durante la etapa de civilización romana, es aún perceptible en la infinidad de restos arqueológicos -teatros, enterramientos, cloacas, acueductos, calzadas, factorías pesqueras, murallas, diseminados por toda la provincia desde la que se exportaban a Roma vinos, aceites y salazones de pesca
Durante las crisis del siglo III del Imperio romano, la misma caída de éste y las conquistas visigodas, la ciudad entra en un declive importante; entrando en una época oscura y perdiendo la capitalidad de provincia y su importancia comercial y estratégica.
La ciudad es conquistada por los bizantinos en el año 522, reconquistada por los visigodos en el 620 y conquistada por las tropas de Tariq Ibn Ziyad en el 711, con la batalla de Guadalete. Durante esa época es demolida la estatua de Hércules, en el templo de Hércules.
En 1264, Cádiz se engloba en la reconquista del Guadalquivir, incorporándose a la corona de Castilla.
De sus puertos partieron numerosos descubridores, como Cristóbal Colón o Álvar Núñez Cabeza de Vaca, y conquistadores en la época colonial lo que la enriqueció y posibilitó, siglos después, la creación de una sociedad burguesa gaditana, liberal y revolucionaria.
Fue escenario de numerosas batallas navales y de la creación de la primera constitución española.En decadencia, después de su implicación en la Guerra de la Independencia y hundida tras la pérdida de Cuba, la ciudad no ha parado de crecer, si bien no ha recuperado su importancia en el ámbito nacional.
Por donde empezar...
En el término de Arcos de la Frontera, puerta de acceso a la serranía gaditana, encontramos el yacimiento de Sierra de Aznar, perteneciente a una antigua ciudad ibero-romana y en el que pueden apreciarse parte de sus murallas, algunos restos de casas y la necrópolis, así como interesantes muestras de su infraestructura pública compuesta de restos del sistema hidráulico de abastecimiento, aljibes y áreas de decantación y depuración. Las ruinas de Carissa Aurelia, junto a las sierras Gamaza y del Calvario, a pocos kilómetros de Espera, fue un antiguo poblamiento que se remonta al Neolítico y que alcanzó su mayor desarrollo durante la época romana (siglos II-IV). A este período histórico corresponden las dos necrópolis excavadas en la roca, así como el núcleo amurallado, el mausoleo y los restos del sistema hidráulico de abastecimiento. Siguiendo la ruta de la sierra de Cádiz, a 5 kilómetros de Prado del Rey se nos presenta Iptuci con los restos de sus murallas y torreones, así como con algunos vestigios de pavimentos y elementos arquitectónicos de viviendas de la que fue importante ciudad romana (siglo 11) que explotó los yacimientos de sal existentes en sus alrededores.
No puedes dejar de probar...
Algunos pescados que pueden degustarse en la provincia son el cazón, atún, rape, urta, corvina, y la omnipresente sardina, aparte de marisco fresco y muy variado. Todo ello da lugar a una amplia gama de guisos marineros como el caldillo de perro, pescado a la teja, la urta a la roteña, el cazón en adobo, la tortilla de camarones o las ortiguillas.
La caldereta de cordero, la cola de vaca a la jerezana, el bistec salteado, los riñones al jerez y el menudo son también platos característicos.
Y para terminar...
No puedes pasar sin visitar alguna de sus maravillosas playas, como pueden serlo, y según mi buena experiencia, la playa de la Victoria, situada en la Costa de la Luz y con tan solo 3 kilómetros de longitud sobre la costa del océano Atlántico.
La playa de la Victoria esta reconocido entre las seis playas de mayor calidad de España, estando en posesión desde agosto de 2004 del Sello Q de Calidad Turística concedido por el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), organismo dependiente de la Secretaría General de Turismo del Ministerio de Economía.
Es una playa tranquila de arena fína y dorada y aguas frías típicas del Atlántico. Durante el verano y al caer la noche, su paseo marítimo parece cobrar incluso más vida que por el día, organizando además un divertido mercadillo y un cine de verano en plena arena.
Es un lugar percfecto para pasar las vacaciones y descononectar de la agetreada vida de la metrópoli.