domingo, 10 de junio de 2012

Al rico dulce romano

Ya sabéis que a mí las cosas dulces me pierden. Y si no lo sabéis, deberíais saberlo. Porque así ya tenéis asegurado mis posibles regalos de cumpleaños.

¡Bueno!
Hoy vengo presentando unas pocas recetas de dulces romanos, típicos de la época.
Cuando he estado leyendo recetas de estos dulces me parecía extraño: la fabricación de dulces hace dos milenios era muy diferente a la producción actual. ¿Las dos principales diferencias? En la Antigua Roma no se conocían (relativamente) ni el azúcar ni el chocolate. ¡Ni el azúcar ni el chocolate!

¿Y por qué?
El azúcar era un producto que proviene de Nueva Guinea. Los primeros datos de su consecución datan sobre 4.500 a.C. Pero de Nueva Guinea pasó a la India, y desde la India a China y a Oriente Próximo. Hasta el siglo VI a.C. no llega a Persia. Gracias a las conquista de Alejandro Magno, los griegos conocieron el azúcar y estos, de paso, se lo mostraron a sus vecinos romanos. Pero era considerada una especia alimenticia rara y seguramente cara, por lo cual, los típicos dulces no estaban hechos a partir del azúcar, ya que la caña de azúcar no se extendió hasta siglos más tardes debido a el gran gusto de los árabes por los dulces.
Luego, el chocolate no llegó a Europa hasta la conquista de América, por lo tanto, los romanos no llegaron a conocer este alimento (y no sé yo cómo pudieron sobrevivir).

Pues aquí os dejo un par de recetas curiosas y que algún día llegaré a preparar (y cuando lo haga, haré fotos y las enseñaré).


CALABAZAS A LA ALEJANDRINA


"Sobre una calabaza asada añadir por encima dátiles, pasas, piñones y cominos. Para servirla, espolvorear con pimienta y un poco de miel". (No hay que olvidarse de introducir en su interior el haba seca)

Teniendo en cuenta que la calabaza ya de por sí es dulce, y los dátiles y las pasas también, este dulce que podría tomarse caliente, quedaba como una especie de pastel muy verduresco.
Yo recomendaría espolvorear también canela: esta especia le da un sabor un poco más dulce y tengo comprobado que la mezcla de calabaza y canela está muy buena. 
Otra opción, sería realizar la receta sustituyendo la calabaza por batata. Aunque dejaría de ser un tanto romano.


Y esto una foto de esta receta más o menos elaborada (por alguien que no he sido yo)


PLACENTA (Catón, D.A, LXXVI)

"Mezclar harina con un poco de sal y amasar con agua. Hacer una masa delgada con la harina y en su interior poner queso fresco con miel. Hornear este pastelito a 160 º durante 30 min. Servir con mucha miel".
 
Recordándonos a pasteles rellenos. Lo que no entiendo es de dónde viene su nombre: pero aún así estos pienso probarlos, ya que es fácil de hacer y tienen que estar muy ricos.
Además de miel, estos pastelitos pueden ser decorados con más ingredientes: con mermeladas, frutos secos e incluso con salados: una masa de harina, queso y espinacas hacen de este pastel una posible comida que nos puede recordar un poco a los quichés. 


Un hecho que me ha sorprendido mientras buscaba recetas de dulces romanos ha sido que  casi todas las recetas están espolvoreadas con pimienta: es extraño para mí que los dulces lleven pimienta, y la verdad es que me gustaría probarlo para ver como queda algo dulce con algo salado.



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