domingo, 6 de mayo de 2012

Visita a Itálica

Bueno. Esto debería haberlo hecho como hace mucho tiempo, justo después de las actuaciones: pero después de la pedazo de entrada de mi camarada Javier, la verdad es que no tenía ganas de hacer un pseudo-intento de entrada.

Pero bueno: he aquí mi opinión.

El teatro romano de Itálica tiene un significado un tanto especial para mí. Estuve viviendo más de diez años en el pueblo que actualmente se encuentra justo encima de la antigua ciudad, y muchos de mis paseos por el pueblo terminaban justo al lado del teatro. En un concurso de dibujo, de hecho, fue objeto de mi presentación (aunque no gané. Que nunca gano).
La primera vez que fuimos a una representación creo recordar que fue en 2º de ESO, luego en 4º y este año de nuevo. En 4º  tuvimos que estar dentro del recinto arqueológico por causas ajenas a nosotros: estaban arreglando el teatro (cosa que no habían terminado de hacer este año).

Ete año asistíamos a Las Bacantes y a Miles Gloriosus, dos obras interpretadas por el mismo grupo teatral. Como siempre, amenazó con lluvia (digo como siempre porque he estado mirando fotos del festival antiguas y siempre siempre hay paraguas de por medio), pero no llegaron a caer más que gotas.

Las Bacantes, tragedia de Eurípides, fue la obra de por la mañana. La verdad es que estuvo bastante bien interpretada, excepto por varios problemas técnicos relacionados con el no-técnico de sonido (que la próxima vez si hace falta voy yo, porque ese no sabía) y algún actor gritón. Pero resumieron bien la obra, y se entendió bastante bien (aunque también puede ser que la entendiera porque habíamos leído el libro). La verdad es que estuvo muy entretenida, y me pareció bien la interpretación.

Sin embargo, Miles Gloriosus, comedia de Plauto, dramaturgo romano; fue otra cosa. Interpretada por el mismo grupo y los mismos actores, sufrió unas... adecuaciones (por así decirlo) no demasiado acertadas. Es verdad que una comedia romana puede llegar a ser no demasiado divertida y hay que añadirle aspectos actuales, pero no de esta manera. Con canciones pachangueras de este último milenio no, gracias. Los actores sobreactuaban demasiado. Las conversaciones paralelas con el director (al cual parecía que le estaba dando algo todo el rato) y las horribles intervenciones sonoras del no-técnico estropearon bastante la obra. La verdad, me reí más con la cara de indignación de Javier que con la obra en sí.

Aún así, estuvo entretenido y no me arrepiento de haber ido (¡me regalaron dos libritos!) (aunque en realidad los pagué yo) (así que no eran regalados) (se los podrían haber currado un poquillo más)

El caso: es un festival muy bueno que se curran muchísimo todos los años, este era su XV aniversario y espero que lo sigan haciendo. Porque aprovechar este tipo de lugares, dándole vida después de tantos siglos, es algo que me parece precioso.

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