Territorios

Los festivales de música son algo abundante aquí en nuestras tierras sureñas. Sin embargo, algo que se salga del típico festival flamenco o pop del malo español, poco.
En Sevilla, desde 1998 (vamos, que tienen una gran experiencia) se celebra el festival Territorios. Aunque el proceso a llegar a lo que es hoy en día ha tomado su tiempo.
El primer festival de Territorios fue un festival de música céltica. Le siguieron, durante los siguientes años, música mediterránea, atlántica, africana... Cada año era un tema diferente. Poco a poco ha ido tomando relevancia y cada vez traen a más músicos de carácter internacional: en el año 2003 vino Carlinhos Brown y desde entonces, cada vez más músicos de todo el mundo han sido convocados a este festival.
Actualmente se celebra en el Monasterio de la Cartuja, con cuatro escenarios y una explanada inmensa (un lugar perfecto para celebrar algo de estas dimensiones). Pero el primer año, el de la música céltica se celebró en el Palacio de los Deportes de San Pablo. Han ido cambiando se situación a medida que se ha ido haciendo más famoso, llegando hasta su ubicación de hoy en día.
Ha pasado a ser un festival de música principalmente indie, pero que mezcla también rock, pop, techno, hip hop y música folclórica.

Estos pasados 18 y 19 de mayo han sido la fecha elegida para la última edición del festival. Era algo largo y bastante condensado: cuatro escenarios, desde las ocho y media hasta las seis de la mañana. Un cartel con bastante buena pinta y mucha mucha asistencia (30.000 personas, y eso que el mismo viernes fue el concierto de Judas Priest)

Tuve la suerte de ir el sábado y en ese momento decidí que iba a ir a todas las siguientes ediciones y que iba a dedicar mi vida a asistir a todos los festivales de música que se presentaran por delante. Porque aunque apenas conocía a los grupos que iba a ver, el ambiente, la gente (tanto con la que fui como la que había allí), el sitio... Todo lo convierte en un lugar con unos pedazos de conciertos.

Obviamente yo iba a ver a Iggy & The Stooges. Porque era Iggy Pop. IGGY POP. La suerte que he tenido de ver a ese sexagenario vivo y danzando y corriendo y dándolo todo sobre el escenario. Porque ese hombre ha vendido su alma al diablo para poder seguir con vida. El mejor concierto (aunque casi el único de tales dimensiones) (pero eso no importa) de toda mi vida. Me encantó.

Y los otros grupos a los cuales vi u oí también me gustaron. Supersubmarina, Lori Meyers (que escuché de lejos), !!! (Chk Chk Chk) y alguno más por ahí estuvieron bastante bien. Sobretodo al otro concierto al que fui fue a Supersubmarina, que en directo suenan como 7132798231789123 veces mejor que grabados.
Pero como Iggy ninguno. Que todavía no me creo que haya ido.

Me arrepiento de no haber ido los dos días, pues sólo pude ir el sábado. Pero fue alucinante, me encantó. Y se lo recomiendo a todo el mundo. Y nunca olvidaré el momento en el cual nos pusimos a jugar al pollito inglés porque nadie quería jugar a la gallinita ciega.

Os dejo un poco de lo que vi.

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