martes, 10 de abril de 2012

A.H.S

Hoy me dispongo a hablaros de la serie norteamericana que está causando furor no sólo en los Estados Unidos, sino también aquí en España: se trata de American Horror Story, que como su propio nombre indica se catalogaría en el género de terror y drama (aunque, en realidad, miedo lo que se dice miedo no produce..., más bien imágenes horribles que todos querríamos olvidar, pero que cuando se advierten en la pantalla de nuestro televisor -u ordenador, en mi caso- no somos capaces de evitar mirar). La trama se centra en la familia Harmon, que con el objetivo de superar una grave crisis familiar se muda a una suculenta casa (más bien mansión) de Los Ángeles, en la cual sucederán cosas cada vez más extrañas. La serie, aun utilizando los tópicos más frecuentes del género (morada encantada, fantasmas que parecen lo que no son...), consigue hacer de esto quizá su punto fuerte: con un ligero tono de humor, reinventa las situaciones y personajes más típicos, logrando una historia que engancha desde el primer capítulo. Aunque, tal y como he mencionado antes, los protagonistas podrían parecer en un principio los dos padres con problemas de infidelidad y la hija adolescente, un amplio espectro (nunca mejor dicho) de personajes rodea su historia, su vida... y su casa (porque, desde luego, en esa vivienda no cabe un ente más, como se va viendo a lo largo de los capítulos), formando parte indudable de ellas. Con un genial reparto de actores, en el que cabe destacar a la fantástica Jessica Lange interpretando con genialidad un papel casi protagonista (que, según anuncian los creadores de la serie, cobrará mayor importancia en la futura segunda temporada), entre otros. La casa en la que viven, que todo el mundo a excepción de ellos mismos conoce con el apellido "de los Crímenes", haciendo honor a su nombre está plagada de asesinatos a lo largo de su no breve historia, en los cuales las víctimas (y también los verdugos) suelen ser los propios dueños. Y es que, como ya se comenta en algún episodio, "esta casa atrae al mal". Según nos cuentan la serie (metiendo flashbacks durante el desarrollo de los capítulos) y la encantadora agente inmobiliaria, que oculta la extensa carrera homicida de la casa con el único objetivo en su vida de venderla, la casa fue construída allá por los felices años veinte por un médico cirujano "para su esposa", con todo el lujo de la época: cristal de Murano, lámparas de Tiffany..., en la que poder "criar" (hablando figuradamente, claro, ya que las verdaderas madres de aquel tiempo -bueno, y de éste- de los niños ricos eran las criadas) a su hijo. Sobra decir que su propósito de vida feliz no se cumpliría, sino más bien todo lo contrario: una espiral de rencor, estupefacientes y horrores serían el inicio de la imparable maldición de la casa, que llega hasta nuestros días (pasando por una indecente clínica dental en los años cincuenta, unas estudiantes de enfermería en los sesenta o una pareja de homosexuales en la actualidad).
Por supuesto, recomiendo encarecidamente la serie, que hace una síntesis perfecta (bajo mi punto de vista) entre drama, terror, suspense..., y amor. Un amor adolescente fuera de la norma que tendrá un final agridulce, de esos que te deja con el corazón en un puño. Y es que American sabe mostrar el lado más humano (e inhumano) de las personas, mirando dentro de ellas tan profundamente, que no hay más remedio que dejar salir a flote cosas terribles y hermosas por igual.
Tate, Violet, Vivien, Constance..., serán personajes que no podré olvidar, y que como tantos otros forman ya parte de mí!

1 comentario:

  1. Me ha encantado la entrada!! Mu bien, además, creo que con esto te queda bastante claro lo que te vas a encontrar :)

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