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Obra de Gustav Klimt donde están representadas las tres Gorgonas como la Enfermedad, la Locura y la Muerte |
El mito griego de las Gorgonas (del griego antiguo γοργώ
gorgō o γοργών
gorgōn, ‘terrible’), tres despiadadas hermanas monstruosas, tiene como es habitual en la mitología numerosas versiones, a veces contradictorias entre sí. No obstante, la más aceptada por los propios griegos fue la de Medusa, que tenía serpientes venenosas en lugar de cabellos y petrificaba a todo aquel que osara mirarla a los ojos. Sin embargo, o quizá debido precisamente a su temible leyenda, las Gorgonas eran una alegoría de la protección y su imagen se ubicaba en todo tipo de lugares, desde templos a cráteras de vino, para propiciar su defensa. Resulta curioso, a este respecto, el uso frecuente en la Antigua Grecia de un
Gorgoneion (cabeza de piedra, grabado o dibujo de un rostro de gorgona, a menudo con serpientes sobresaliendo salvajemente y con la lengua fuera de sus colmillos) como símbolo apotropaico
que se ubicaba en puertas, muros, suelos, monedas, escudos, corazas y lápidas con la esperanza de alejar el mal. En este sentido, las
Gorgoneia son parecidas a las a veces grotescas caras de los escudos de soldados chinos, usados también en general como amuleto o protección contra el mal de ojo. En algunas de las representaciones más toscas, la sangre corriendo bajo la cabeza puede considerarse por error como una barba. Las gorgonas son a veces representadas con alas de oro, garras de bronce y colmillos de jabalí, pero sus atributos más comunes son los dientes y la piel de serpientes. Se decía que los oráculos más antiguos eran protegidos por las serpientes y las imágenes de gorgonas se asociaban a menudo con estos templos. Las leonas y las esfinges también se asociaban frecuentemente a las gorgonas. Su poderosa imagen fue adoptada por las imágenes y mitos clásicos de Zeus y Atenea, quizá como continuación de una iconografía más antigua. La tradición ática, recogida por Eurípides, consideraba a la gorgona un monstruo, producida por Gea para ayudar a sus hijos, los Titanes, contra los dioses olímpicos. Murió a manos de Atenea, quien llevó su piel desde entonces (de las tres gorgonas, sólo Medusa era mortal); Esquilo dice que las tres gorgonas sólo tenían un diente y un ojo entre ellas, de forma que tenían que compartirlos, pero sin embargo no se las representa así, quizá para evitar confundirlas con las Greas. La imagen de la Gorgona presenta, también, un carácter curativo: en la mitología griega, la sangre tomada del lado derecho de una gorgona podía resucitar a los muertos, mientras la sangre del lado izquierdo era un veneno instantáneamente mortal.
Por supuesto, las leyendas que rodean al propio mito son muchas más; éstas son sólo algunas de ellas. Espero que os haya resultado interesante.
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